En la antigüedad, los indígenas de la región, subían al cerro del Zipa para elevar sus ritos y oraciones a los dioses. Con el tiempo, algunas familias zipaquireñas, entre ellas, la familia Alvarado, decidieron colocar en la cima del monte tres cruces, gestando la tradición de subir en peregrinación el día 3 de mayo para vestirlas con hojas de laurel y celebrar la Santa Misa, sin embargo, con el paso de los años, la tradición se fue perdiendo.
En 1995, el zipaquireño Carlos Casas comienza a recibir algunas manifestaciones, a la par de un proceso de crecimiento espiritual. Al principio del año 2000 tuvo un sueño especial en el que aparecía el cerro del Zipa, “El cielo se abrió reflejándose una luz blanca intensa y muy resplandeciente, me quedé mirando, una gran cruz blanca aparecía y brillaba con gran resplandor, estaba delante de mí, inmensa y hermosa, pero Nuestro Señor no estaba, en la luz de la Cruz”, contó Carlos a Gente Activa. Con el tiempo, esto le llevó a pedir el discernimiento con algunos sacerdotes y personas de oración. Las respuestas recibidas comenzaron a tomar forma, “todo indicaba que nuestro Señor Jesús quería que colocáramos una cruz con ciertas características y que si esto realmente venía de Dios, las cosas se darían para que así fuera” agrega Carlos.
La Cruz Gloriosa en el cerro del Zipa
Con los días, le llegó un folleto de oraciones dadas por Jesús, y luego un libro cuyas revelaciones hablaban de «La Cruz Gloriosa», la misma que él había visto en el sueño. Tras estos hechos se gesta un grupo de oración del cual surge la idea de ir al cerro, “éramos pocos los que subíamos por primera vez al cerro del Zipa; fue un momento especial de ayuno y oración por los habitantes de la Sabana. Entendimos que había que evangelizar con la cruz, el mensaje era llevar la cruz, meditar en estos misterios para poder darla a conocer porque ella hablaría por sí sola”.
Le contaron todo al padre Fernando Umaña, en el Foyer de Charité, quien aprobó y los respaldó como director espiritual para seguir con el proyecto. El 3 de mayo del 2001 subieron al cerro para rezar el Viacrucis, el Rosario y a las oraciones dadas a la Santa Cruz Gloriosa, para colocar el proyecto en manos de la voluntad de Dios, actividad que se repitió cada mes.
Las tareas iniciales fueron lograr los permisos de la familia Sáenz, dueños del predio, y contar con el consentimiento y un representante de la familia Alvarado, quienes habían fundado la tradición de peregrinar al cerro de las Tres Cruces.
El 3 de mayo de 2002 por fin se colocó la Cruz
Todo se iba dando. El 11 de abril del 2002 se firmó con el Ingeniero Gustavo Chavarro el contrato para la elaboración de la Cruz con todas las exigencias de obra civil y lo indicado en los mensajes.
“Al fin llegó el gran día para la colocación de la Cruz: el 3 de mayo de 2002 el padre Fernando Umaña quien nos acompañó en este proceso, celebró la Santa Misa e hizo la bendición de la santa Cruz, donde fuimos testigos de bendiciones especiales ese día. El Padre hizo la bendición de la cruz con los sacramentales, bendijo a los fieles, e hizo una bendición especial por los municipios que circundan a Zipaquirá y oró por Cundinamarca, Colombia y el Mundo entero. Y así quedó concluida esta obra de la Santa Cruz Gloriosa” recordó Casas.
Con rifa de una novilla y otras ayudas, se recuperará el lugar y la Cruz
Con el paso de los años, los árboles han crecido al igual que la vegetación, de tal forma que la Cruz ya no se ve.
“La intención de la junta de acción comunal de Alto del Águila, en colaboración con el apostolado Discípulos de la Santa Cruz, es recuperar este lugar tan especial. Se hará una poda autorizada; se instalarán reflectores que iluminen la cruz de noche y se colocará un sistema de seguridad. Como junta de acción comunal le solicitamos ayuda a la Alcaldía y Catedral de Sal y ya nos confirmaron que donarán los reflectores, pero faltan recursos para la obra restante, por eso invitamos a toda la comunidad para que nos colabore comprando la rifa de una novilla por solo $ 20.000 o les entregamos el dinero equivalente. Solo nos llaman al número 310 244 2676 – 319 447 7511 y les llevamos la boleta.”, dijo a Gente Activa Iván Amaya, vicepresidente de la Junta Comunal.
Contando con el apoyo de la comunidad, la recuperación del sector y la inauguración de la iluminación de la Cruz Gloriosa, se haría celebrando allí una novena de aguinaldo para que todo el que desee pueda ir hasta este atractivo y bendecido lugar.
“La idea es que, además del atractivo de observar la cruz iluminada, también se convierta este lugar en sitio de peregrinaciones y crecimiento espiritual” puntualizó Carlos Casas.