Varios factores influyen en el persistente descenso de los embalses del centro del país y aunque pareciera que las lluvias de las últimas semanas son la solución, técnicamente esto no será posible mientras las precipitaciones sigan ocurriendo en el lugar equivocado.
Así lo explicó el director de la CAR, Alfred Ballesteros, quien reiteró que el nivel de almacenamiento de los embalses depende de que las lluvias caigan no en la ciudad sino sobre los ecosistemas de alta montaña en forma fuerte, prolongada y persistente, pues debido a los casi 6 meses de ausencia de lluvias, la tierra está seca y las plantas absorben la leve humedad que resulta insuficiente para que se infiltre y recargue los sistemas reguladores.
El Director insistió en que el primer semestre del año ha transcurrido en condiciones secas, lo cual ha repercutido en la deshidratación de los suelos y mientras no se generen condiciones suficientes de humedad en la tierra y en la vegetación no se producirá el fenómeno de escorrentía y por ende, no subirán significativamente los caudales.
El funcionario aclaró, sin embargo, que estas lluvias no están siendo focalizadas en el área correspondiente al embalse de Chuza, por lo que a la fecha no pareciera haber un alivio a la situación de racionamiento para la ciudad.
Ballesteros reiteró la invitación a mantener prácticas de ahorro y uso eficiente del agua y a no bajar la guardia al suponer que con las actuales lluvias la recuperación de los sistemas de regulación aleja la amenaza de desabastecimiento, pues si el agua que sale de los embalses continúa siendo más que la entra, a finales de noviembre e inicios de diciembre los volúmenes de estas represas serán más críticos.