Este 25 de septiembre se celebró el «Día del Cine» con el fin de promocionar y lograr que más personas se acerquen al séptimo arte.
En este sentido, vale reflexionar sobre una producción que ha roto paradigmas y esquemas sobre el cine tradicional, que constantemente llena las carteleras a nivel mundial manejando escandalosas sumas de dinero y no siempre dejando los mejores mensajes.
Sonido de Libertad, una película protagonizada por el actor de «La pasión de Cristo», se hizo con apenas $15 millones de presupuesto; inicialmente Disney tuvo los derechos, pero prefirió «cancelarla» razón por la que el productor Eduardo Verástegui buscó distribuirla en Netflix, Amazon y otras plataformas, pero no fue posible el apoyo, hasta que la pequeña firma Angel Studios, les abrió las puertas y creyó en el proyecto que los magnates del cine desecharon. Hoy no solo es la película más taquillera a nivel internacional, sino que es una muestra de la valentía por hacer cine que denuncie y forme a la ciudadanía en medio de tanta corrupción y perdida de valores.
En efecto, la película que Hollywood se negó a comercializar muestra que hay dramas más desastrosos que el narcotráfico: el tráfico de niños a nivel internacional, del cual hace parte Colombia, negocio mundial de tráfico sexual que supera los 150 mil millones al año, especialmente con la trata es de menores. Plantea una realidad que evidencia el deterioro moral de esta sociedad cada vez más inhumana y ante la cual todos estanos llamados a reaccionar.
La película basada en hechos reales, inicia mostrando cómo se rapta a los niños en diferentes lugares ante la frustración e impotencia de sus familiares. Luego cuenta parte de la vida del exagente federal Tim Ballard quien durante 12 años de carrera logró capturar 280 pedófilos, pero las circunstancias le hacen sentir que más que atrapar pedófilos debe liberar a los niños de la trata. La película deja una reflexión concreta: “Una bolsa de cocaína se vende una vez, un niño o niña se vende entre 5 a 10 veces por día”, por eso su lema: “Los niños de Dios no están en venta”.
Producida magistralmente y bajo un guion bien estructurado “Sonido de Libertad” no necesitó escenas “amarillistas” para mostrar el horror que viven los niños en ese mundo pervertido
La película rodada en Colombia partiendo de la realidad de explotación sexual en Cartagena, deja en claro la profundidad de esta problemática que no solo trasciende estratos sociales, sino que involucra diferentes actividades a nivel internacional en los que Tim Ballard, quien fundó “Operation Underground Railroad” para rescatar a cientos de menores en todo el mundo, denuncia abiertamente una realidad desastrosa, sucia y corrupta que solo se frenará si todos nos sensibilizamos, reflexionamos y ponemos en alerta lo que está sucediendo cotidianamente.
El solo hecho de ver la película es ya un gran apoyo a sus realizadores, es una voz de aliento para seguir denunciando y apostarle a nuevos proyectos que desenmascaren a los culpables de tanta barbarie. Proyectos como Sonidos de Libertad merecen todo el apoyo. Si ud ya la vio, podría repetirla y ante todo invitar a que más personas la vean.
En Sabana Centro también es la película más taquillera. Está en cartelera durante el mes de septiembre, pero dependiendo de la promoción que Ud. le haga la dejarán más tiempo.
Se pede ver en Centro Chía, Fontanar y en Zipaquirá, en La Casona.
Si las multinacionales del cine promueven el Día del Cine para que más personas aprecien el séptimo arte, qué mejor que entiendan que proyectos como Sonidos de Libertad que promueven la defensa de valores y la defensa de la vida, sí son respaldadas masivamente por el público que hoy no traga entero.
Si no la ha visto, no se la puede perder. Y al final no se retire sin escuchar el mensaje de Jim Caviezel después de los créditos, eso valdrá un emotivo aplauso.
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